
Riot no bajaron nunca la guardia, no murieron con el Privilege of Power, sobrevivieron a los 90 y en la última década siguieron sacando buenos discos, tal vez en un rollo algo más melódico y Hard Rockero, dentro de su potencia y madurez habitual y gracias al portentoso vozarrón de Mike Dimeo, sin embargo apostaron por revivir el espíritu que los hizo grandes y el resultado ha sido buenísimo. En Inmortal Soul encontramos a los Riot más rapidos en una década, un sónido acorde a la potencia de las producciones actuales enfundados en un Tony Moore pletórico, y es que cuando se combina el sonido técnico, melódico y veloz de Mark Reale con las líneas de sus voces y la potencia de sus coros se rememora ese espíritu que impregnó de magia su etapa mítica, dignificando la altura del nombre y las expectativas ilusorias ¿Thundersteel 2? que su leyenda merece.
Su retorno al sonido clásico se dispara con "Riot", una auténtica revuelta para los oídos, un tema de vértigo, riff veloz y voces afiladas, headbanging puro culminado en estribillo para corear puño en alto y dar gracias al heavy por desestresar tanto. Le sigue "Still Your Man", melodías jebilonas en voces y guitarras, gran solo, tremendo puente y mejor estribillo para un tema que lo tiene todo.
Vuelta a la marcha con "Sins of the Father", más temas rápidos, un tema tal vez sin tanto gancho como sus predecesores al que uno se acaba enganchando por esa guitarra frenética que dirige el tema. Con "Majestica" tenemos una instrumental bonita y melódica, que nos enlaza al tema homónimo del álbum, "Inmortal Soul", medio tiempo abierto al lucimiento de Tony Moore en sus tonos medios, una delicia melódica, no alcanza el nivel de complejidad del resto del álbum pero resulta agradable y pegadiza, puente perfecto para "Insanity", un tema heavy de menos corte speedmetalero que el resto del disco, y uno de esos estribillos que transmiten buen rollo.

Riot volvieron para dar a sus fans lo que querían desde hace años y dudo mucho que hayan decepcionado a alguien, puede que no les hayan camelado como a mí, pero siempre han sido un grupo con un gran nivel en cada una de sus entregas. A día de hoy el futuro es incierto, Mark Reale aguantó el timón del grupo en los comienzos, en la fase popular del grupo y cuando tocó viajar a la deriva, por lo que pensar en que el grupo continúe sin él es poco menos que sacrilegio, aunque cosas más raras se han visto en este mundo. Puede que retirarse con este disco fuera lo correcto, dejando el pabellón bien alto y la leyenda impoluta de un grupo que sobrevivió a las modas a base de talento y trabajo duro.
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