por: Jalbreaker
El debut de Harem Scarem Siempre me ha parecido y más de una vez lo he destacado entre los mejores debuts, discos melódicos de todos los tiempos, bla bla bla, pero coño, nunca le había dedicado un espacio como Halford manda para compartirlo con mis compañeros homorockers, así que podéis ir preparando las hombreras, sombra de ojos y pintalabios para ir ablandando el teclado, pues si buscáis muñequeras de pinchos y cinturones de balas... bueno, no es el momento para ello. Según he curioseado por ahí el grupo se forma en Canadá a finales de los 80, extrayendo su nombre de la primera versión de Bugs Bunny. Tras comienzos bastante típicos y dignos (demo + clubs + discográfica = álbum debut) dan color en 1991 a su primer disco, Harem Scarem, una propuesta de corte elegante, melódica y romántica con un punto de optimismo en el ocaso del Hard Rock que llegó a cosechar relativo éxito llegándose a filmar varios videoclips para promocionar el disco, aunque claro está, por la cara que pone cualquiera si le comentas el nombre de la banda, nunca llegaron a ser un fenómeno de masas.
Por otra parte la producción del disco es fabulosa, un sonido ultralimpio a lo largo de los 10 temas acompañado por unos coros que es otra de las señas de identidad del grupo, hecho palpable desde el primer tema, "Hard to Love", un pelotazo melódico y pegadizo, inicio brutal para seguir con un medio tiempo precioso, "Distant Memory", un tema para revivir el amor perdido, "That our love could be more than a distant memory", de esos para echar el corazón por la boca oiga, porque los hijos del rock también tenemos sentimientos. Y para que engañarnos, el disco tiene mucho amor para compartir por lo que podemos sacar bien orgullosos nuestro lado mas gayer con "With a Little Love", otro temazo donde los haya con esa fuerza y feeling del que este disco va sobrado:
Por si no estábamos poco aceitosos llega el baladón del disco, una hermosa melodía de piano a la que se acopla la preciosa voz de Harry Hess nos introduce en "Honestly", power ballad de libro a la altura de las más grandes, idónea para esos recopilatorios de grandes baladas del rock que todo jebitron debe grabarle a la parienta, o para endulzar esos momentos... ejem, bueno... intimos.
Comienza con una intro aorera de teleserie añeja "Love Reaction", medio tiempo con deje desenfadado que nunca me ha enamorado, pero tiene su rollete, aunque se queda algo cojo cuando lo que viene después es "Slowly Slipping Away", otro de esos temas que desbordan sentimiento y esperanza con un estribillazo de los que se graban a fuego en el pabellón auditivo, y para el cual se grabó otro típico videoclip:
Imposible no esbozar una sonrisa en el rostro con "All Over Again", tema cargado de feeling buenrollero, al igual que su sucesora "Don't Give Your Heart Away", un puento vocal precioso con animado estribillo que alegraría cualquier anuncio sobre telefonía móvil. No todo va ser felicidad de la happyness, nos sumergimos en la atmósfera oscura de "How Long" en la que Harry Hess nos va abriendo tranquilamente la puerta a ese momentazo del 1:08, cuando el tema explota por todo lo alto en otro puente para enmarcar y estribillazo de los de corear a un volumen brutal, "How loooong, 'till my heart can love agaaaain...", brutal oiga, para llorar de alegría. Cerramos la placa con "Something to Say", tema acústico que deja un aire melancólico para terminar, poniendo punto y final a éste derroche de amor melódico, que a pesar de parecer algo monotemático como le sucede a nuestro archienemigo Alex Ubago, aquí las cosas van rodadas ya que el disco es lo que es, música para enamorarse, para sentir nostalgia y chorrear aceite en litronas.

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